RPS, Issues: Amor 360º.
En la escuela nunca me avisaron de que lo pasaría tan mal. Tampoco en mi casa. Cuando de niña me hablaban del mundo de los adultos y de sus rupturas, éstas giraban alrededor de la pareja. El amor duele oía en todas las canciones, veía en todas las películas. Pero ese amor en mayúsculas siempre tenía que ver con una historia romántica entre un hombre y una mujer.
En Google hay treinta mil artículos sobre cómo curar corazones rotos. Y en esos corazones nunca cabe la pérdida de hermanos o de amistades; como si eso no existiese, como si eso no fuese un verdadero desarraigo. Como si uno no tuviese que pasar por el dolor, la tristeza o una añoranza perpetua. Como si el duelo estuviese reservado a un único tipo de relaciones y afectividades.
Crecimos con el discurso de tener dos familias: la de tu sangre y la de los amigos que eliges; pero nunca nos insistieron en la importancia de cuidar y construirlas. Tampoco nos dijeron cómo hacerlo, no al menos del modo tan claro en que nos llegan tips para reactivar una rutina sexual en una crisi matrimonial.
Supongo que por eso existe una lista invisible en la que mi nombre ya hace tiempo que está. Una lista invisible de gente anónima que carga ausencias; que se arrepiente de no haber priorizado a su hermano, a su amiga, como sí hizo con los hombres o mujeres con los que pudo estar. Que llora por todo ese tejido de redes que nos vendieron como incondicionales hasta que un día dejaron de serlo, en un mundo en el que no nos han enseñado nuevas formas de amar y sanar.
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